Alicia Delgado

ADIOS ALICIA DELGADO,
“PRINCESA DEL FOLKLORE”

Repentinamente se nos acaba de ir Alicia Delgado Hilario, más conocida en el mundo artístico como la “Princesa del Folklore”. Su trágico deceso ocurrió un jueves, como decía Vallejo en sus versos, el 25 de junio, un día después del Año Nuevo Andino, que en el Perú se festeja con el Inti Raymi, fiesta dedicada al dios Sol. Se despidió de entre los vivos el sábado 27 en olor a multitud, que prefirió cargarla en hombros tres kilómetros de la carretera Panamericana, hasta el cementerio Jardines del Buen Retiro, entre canciones, música, gritos, pifias y paciencia de unos 50,000 acompañantes fundamentalmente provincianos. Admiradores incondicionales del arte vernacular que la hizo famosa a Alicia, llegó de los conos norte, centro, sur y el Callao, para darle el último ¡Adios! a la cantante de sus amores, que caló en el corazón de millones de peruanos y extranjeros. No se fue sola de este mundo, este mismo sábado se despidió también, don Alberto Andrade, el Alcalde de Lima Metropolitana, que en sus años de Gobierno Municipal remodeló la ciudad de “Lima la horrible”, como solía decir Sebastián Salazar Bondi; adornó sus plazas y parques con hermosas flores y la hizo habitable y bella. Criollo como buen limeño, don Alberto, fue no sólo admirador del valse, la marinera y la polca, fue también su fiel practicante. Por esta feliz coincidencia, una artista andina y un criollo citadino, se van el mismo día gris del sábado 27 de junio, por caminos distintos, pero los dos a la misma eternidad.


Trayectoria y canto. Alicia Delgado descubrió Lima siendo todavía niña, cuando salió de San Martín de Taucur, su tierra natal, distrito de Pachangara, provincia de Oyón, en la sierra del valle de Huaura, donde naciera un 6 de mayo de 1959. Como ocurre con la mayoría de los provincianos que emigran a la gran ciudad, ella se hizo un sitio luchando decididamente, ganándose la vida en distintas ocupaciones, sufriendo menosprecios y exclusiones. Al final conquistó Lima con su dulce canto, cuando con otras amigas y paisanas que practicaban el arte vernacular ingresó al escenario para dejar que el público escuche su voz y la anime con sus aplausos. Se inició en el Coliseo Cerrado del Puente del Ejército en los años setentas, asistiendo primero como público y luego como interprete de canciones andinas, cuando recién había cumplido sus 15 años. Allí compartió presentaciones con otros artistas de su provincia, que la acogieron con cariño por sus virtudes canoras. Por suerte y por generación, ingresó al mundo del arte, en la década de la hegemonía del arpa, impuesta por virtuosos de las cuerdas de la provincia de Oyón, como Pelayo Vallejos, Ángel Dámaso, Fernando Dámaso, Lucio Pacheco, Rubén Cabello y muchos otros arpistas oyonistas que transformaron el firmamento musical andino, en pleno proceso de urbanización de la cultura andina. Sería Pelayo Vallejos con quien se iniciaría Alicia Delgado, pero luego alternaría con otros arpistas de igual fama. Una vez conquistado el público provinciano en Lima, vendrían las grabaciones de discos, que a finales de los años setenta y comienzos de los ochenta eran todavía de 45 rpm y los conocidos discos long play de 33 rpm. Años más después vendrían las grabaciones en cintas magnetofónicas, en casetes, en CD y finalmente en DVD, con imágenes en movimiento, que la modernidad ha creado para la difusión de la música y del canto.

La popularidad artística de Alicia Delgado pronto trascendió el espacio natal de Taucur y de de la provincia de Oyón. Los discos de acetato y las cintas grabadas se encargarían de invadir cada vez más los amplios territorios del ande peruano. En los ochenta y noventa, no sólo se podía escuchar la voz de Alicia en los coliseos, en las fiestas andinas de la periferia de Lima, en los festivales provincianos, en los aniversarios de artistas; se escuchaba en todas las provincias de Lima, Ancash, Junín, Huanuco, Pasco, Ayacucho, Abancay, Arequipa, Cusco, Puno. Las canciones de Alicia se escuchaban en todo el país: costa, sierra y selva, por medio de las emisoras de radio, de las cintas y discos y por las frecuentes caravanas musicales de las que participaba la Princesa del Folklore, en compañía de otros artistas famosos como Totita Cruz, Mario Mendoza, Elba Girón, Amanda Portales, Chato Grados, Pastorita Huarasina, Princesita de Yungay, Agencia Meza y muchos otros artistas que se han consagrado con el canto andino. Su cancionero ha sido sumamente amplio. Probablemente ha sobrepasado con creces las 500 canciones, entre composiciones suyas, canciones compuestas para ella y canciones tradicionales interpretadas por ella. Cuando Alicia entraba a escena, su público le pedía que cante la canción de sus preferencias, que en realidad eran muchas, de acuerdo a los gustos y a sus valores estéticos. Con frecuencia le pedían “Río de Churín” y ella complacía a su público cantando al son del arpa: Río de Churín, río hermoso; entre tus corrientes se oye una voz …., y el público aplaudía a rabiar. Otras veces le pedían la canción que previene la traición amorosa: Sobre esta piedra resbalosa no te pongas a jugar; porque esta piedra resbalosa no te vaya a traicionar…”. Y cómo no recordar, la canción de añoranza a la amada o al amado dejado en la tierra natal, que dice en la voz de Alicia: Creí que amando ya no iba a sufrir; por lo contrario, voy sufriendo más. Río Churincito, déjame pasar; voy a visitar a mi dulce amor. Como ocurre con todas las divas de la canción andina, Alicia Delgado cantaba y vivía para su público que se identificaba con muchas de sus canciones y por eso la seguía a sus presentaciones y la ha seguido hasta su última morada en Puente Piedra. El pueblo la encumbró y el pueblo la despidió con el mismo fervor.

Alicia y los chilcasinos. Santiago de Chilcas es un pueblecito ancashino, que está al otro lado del río Pativilca, en la provincia de Ocros, muy distante de Taucur. Hasta 1903 ambos pueblos pertenecían a la provincia de Cajatambo, el tiempo los ha separado y distanciado. Pero entre los chilcasinos residentes en Lima y Alicia Delgado ha habido una química especial de amistad, de acercamiento y sentimientos comunes. Desde los años iniciales de los ochenta cuando la conocimos, entablamos estrechas relaciones de amistad que ha perdurado hasta el día de su partida. Con varios chilcasinos compartió Alicia, fechas de bohemia en el barrio Tahuantinsuyo, cuando recién cosechaba la popularidad. Desde entonces, el “chino” Eugenio Robles ofició de su transportista preferido a todos los escenarios de fines de semana donde Alicia tenía presentaciones artísticas; Bashi Gamarra ha sido uno de sus presentadores en los escenarios de Prodizar y sus similares. Con el cantante Santiago Sotelo, “El chilcasino”, se entendieron perfectamente en las presentaciones artísticas. Por muchos años, Alicia y Santiago compartieron escenarios de los conos de Lima, haciendo magníficos shows de los que disfrutaba el respetable público. En las ceremonias y fiestas organizadas por la Asociación Unión Regional Chilcas, el CUHPB o la APO era infaltable su presencia; el toque artístico de fondo siempre han sido las voces inconfundibles de Alicia y Santiago, con Río de Churín y Viaje a la luna de por medio. Por todo esto, Alicia Delgado y la familia chilcasina, han cultivado una amistad imperecedera. En gratitud a esa amistad, muchos chilcasinos han participado de su entierro. Su partida nos duele tanto como a su familia, sus paisanos, sus admiradores. Alicia se ha ido después de medio siglo de fecunda vida y más de 30 años de trayectoria artística, muy bien acompañada de su público, que lo vio nacer como artista, lo hizo famosa y lo acompañó hasta su hogar definitivo. Su arte, su voz y su imagen de mujer exitosa que conquistó a las mayorías de todas las sangres del Perú, como diría José María Arguedas, quedará en el corazón de cada uno de los que la hemos admirado y querido.
¡Hasta siempre Alicia!
Román Robles Mendoza

ALICIA DELGADO - RIO CHURIN


Alicia Delgado - "Cancer de Amor"


ALICIA DELGADO - DECEPCIONADA


ALICIA DELGADO - DELITO


ALICIA DELGADO - Quién toma mas que yo

  NOTAS AL MARGEN

1. La repentina muerte de Alicia Delgado que ha conmovido al Perú es todavía un misterio. Fue encontrada muerta en su propia casa de Surco, asesinada con arma contundente, no se sabe aún por quién. Las investigaciones policiales están en marcha; estimamos que pronto se aclararán las interrogantes que todos nos hacemos: quién o quiénes son los autores de este horrendo crimen? ¿Cuáles fueron los móviles: crimen pasional, asalto y robo; gente de su entorno, desconocidos, pagados por alguien? Varios posibles sospechosos están desfilando por las oficinas de la policía de investigaciones, incluida la entrañable amiga Abencia Meza. No dudamos que los entretelones de la muerte de Alicia Delgado “La Princesa del Folklore” será aclarado en su momento, para recibir el justo castigo de ley: no hay crimen perfecto.

2. Su deceso, el velorio y el entierro de la popular artista taucurina han tenido sus desencuentros inesperados. El público que en vida la ha idolatrado llora su partida y está conmovido por la manera en que le ha llegado la muerte. Por decisión de la familia, el velorio se llevó a cabo casi en privado, sin que el público que la admiraba pudiera verla en cuerpo presente, alcanzarle un aparato floral, tocar su féretro, decirle unas palabras y tal vez cantarle y alegrarle, como se estila en los velorios de tradición andina. Sus admiradores tampoco pudieron verla de cerca y tocar su féretro el día del entierra, La orden dada fue trasladarla rápidamente al cementerio, cercar con rejas el sector San Judas Tadeo para impedir que el público se acercara al grupo familiar privilegiado y rodear de seguridad para mantener la distancia de los miles de admiradores que se dieron cita. Este despliegue excluyente al público ha dejado un sabor amargo en la opinión popular.

3. El público seguidor de Alicia abarrotó el cementerio desde medio día, a pesar que el entierro estuvo anunciado para las 3.00 pm. A lo largo de la Panamericana, la gente invadió la pista para impedir que el féretro fuera trasladado a velocidad y trató de cargarlo desde el puente del río Chillón. Desde allí la acompañaron con canciones y mucho entusiasmo popular para llegar las 5.00 pm. Por otro lado, el grueso de los fans de Alicia esperaba en los interiores y la puerta del cementerio Jardines del Buen Retiro y formaron una avenida humana hasta el sector de San Judas, en medio de canciones y música. Muchos artistas populares andinos fueron para despedirse de la compañera de arte, varias bandas de músicos y orquestas también esperaban en la puerta pero se les impidió entrar al cementerio. El ingreso del féretro fue casi a carrera y el público que quería tocarlo sólo atinó a correr y ser detenido en las rejas y la seguridad policial. En este barullo, varias artistas, como ocurrió con Dina Páucar, fueron maltratadas y no pudieron darle el último adiós como querían.

4. La muerte y la despedida de una artista de fama nacional como fue Alicia Delgado deja en el ambiente popular nacional una sensación de dolor irreparable y un sabor amargo de su partida, que lo manifestó con pifias y gritos contra la familia en el mismo cementerio. En efecto, Alicia pertenece primero a su familia y a su pueblo natal, pero pertenece también al país que la hizo famosa. Los artistas sin el público que lo entiende y lo sigue no son nadie, la fama lo construye el pueblo. Alicia no sólo cosechó la admiración dentro del territorio nacional, fue admirada también en todos los países que visitó; especialmente en los Estados Unidos, donde sus presentaciones fueron masivas, por peruanos y latinoamericanos. Por todo esto, Alicia nos pertenece a todos, a su patria grande. Hoy descansa en paz en los Jardines del Buen Retiro de Puente Piedra, cerca de Sara Haydee Barreto, la “Muñequita Sally” y de Rosalvina Casimiro, una chilcasina que también fue su admiradora.
 
DR. HILARIO ROBLES MENDOZA
 
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